sábado, 7 de febrero de 2009

APUNTES PARA UN PEQUEÑA REFLEXIÓN DE UNA COMPRENSIÓN HERMENÉUTICA DE LA PAZ

APUNTES PARA UN PEQUEÑA REFLEXIÓN DE UNA COMPRENSIÓN HERMENÉUTICA DE LA PAZ

Para llegar a una comprensión hermenéutica de la relación entre la paz y el conflicto, es necesario retomar los aportes que Gadamer H. G y Ricoeur P. han planteado en sus diversos documentos al respecto.

Gadamer H. G. por su parte, resalta la importancia de la historicidad, la lingüisticidad y la finitud en este proceso. De un modo paralelo y dinámico, el reconocimiento de estas tres categorías conduce a un autoconocimiento del sí mismo y por ende de nuestros propios límites, lo cual pasa por la relación infinita entre mundo y lenguaje.

Es precisamente en este proceso dinámico, que la hermenéutica se dispone a la tarea del entendimiento de lenguajes distintos que oponiéndose, pueden ser ayudados a construir un lenguaje común que si bien no existe (en algunos momentos) debe ser apoyado por la figura del traductor. Este por su parte, aporta desde la mirada mediadora a un acuerdo mínimo que viendo la importancia del disenso, nos hace ver que el alma de la hermenéutica consiste en que el otro pueda tener razón.

El proceso de traducción o mediación, debe estar permeado tanto por la voluntad del sí mismo y el otro, como por el reconocimiento y la identificación desde la capacidad del habla, la capacidad de actuar y la identidad narrativa. Tanto para Ricoeur P. como para Gadamer H. G., la importancia de la memoria (pasado) y la promesa (futuro), ayudan a ampliar el horizonte histórico gadameriano de la tradición, en el cual el ser desde la conciencia histórico-efectual aporta al comprender como proceso de fusión de horizontes (pasado-presente-futuro). Tanto los seres que están en proceso de diálogo mediacional como el traductor, hacen parte de un horizontes histórico dinámico, que esencialmente el traductor debe conocer para poder realizar muy bien su labor.

Desde ese contexto historicista, narrativo (linguisticidad y habla), infinitud y capacidad de actuar y mediar, el diálogo como proceso vivo nos lleva al máximo de las promesas (futuro) desde la fusión de horizontes temporales: la paz. Sin embargo, la paz requiere que desde la justicia, el respeto se torne en ese eje que desde el apoyo mediacional, nos orienta a la importancia de una pedagogía de la vida y no una praxis de la guerra, de la muerte.

La importancia de una postura hermenéutica, se dirige hacia la realidad mundial, en la cual la guerra se ha convertido en la base de las naciones que aboliendo el reconocimiento de su propia historia y de la historia del mundo, pretenden acallar la importancia del lenguaje y de la narrativa y por ende de la paz y de la vida.

Aplicar la hermenéutica a nuestra realidad, implica volcarnos desde la fusión de horizontes a una promesa conjunta que sin idealismo, pero sin con trabajo, voluntad y reconocimiento del sí mismo, del otro, del conflicto y del disenso, pacten hacia la construcción de un camino mediacional de la vida y la paz.


GADAMER, H.-G., Artey verdad de la palabra, Barcelona, Paidós, 1998,
GADAMER, H . - G . , Verdad y método II, Salamanca, Sigúeme, 2002
GADAMER, H . - G . , El giro hermenéutica, Madrid, Cátedra
GADAMER, H . - G . , Verdady método I, Salamanca, Sigúeme, 200l
RICOEUR, P. Parcours de la reconnaissance. Trois études. Paris: Stock, 2004